Fotografía: LXG |
Damos gracias a Dios, en primer lugar por esta experiencia tan maravillosa. A través de ella,
esperamos puedan sentir lo que sentimos, y conozcan un poco de esta ciudad, y la cultura alemana. Les compartimos
nuestra vivencia.
Fotografía: LXG |
Nunca imaginamos,
que nuestra aventura de viajar a Berlín, la capital de Alemania, comenzaría un
día trotando por los malecones de Miraflores, en un encuentro casual con
nuestro auspiciador, de la empresa LXG Capital.
Que vieron en nosotros, a dos deportistas con capacidad de auspicio, y que
desde hacía mucho tiempo nos habían estado buscando. Para mi amigo invidente, Luis
Miguel Sandoval López, y quien escribe, fue una grata noticia. LXG nos
ofrecía la oportunidad de cruzar el atlántico y la península ibérica, para
correr la Maratón de Berlín, una de las maratones más concurridas del mundo.
Llevamos lo mejor del Perú, así lo sintieron
nuestros corazones, desde el primer momento que arribamos en Berlín, muchas
cosas se nos hicieron familiares, el recibimiento de la gente, el de los
recepcionistas del hotel, que no esperaron con una gran bolsa de frutas secas,
castañas, y productos alimenticios que nuestro auspiciador había dejado para
nosotros. El idioma nunca fue obstáculos para comunicar esos gestos tan
solidarios, y nos asentarnos.
Fotografía:Oscar Tupac Yupanqui |
Lo más bonito era descubrir los bosques frondosos
en pequeños y grandes sectores de la ciudad, un río que cruza Berlín, lo que lo
hacía parecer un espacio urbano moderno, mezclado con aires y matices rurales,
donde la preservación del medio no era dejado como una característica solo del
campo, sino que convivía con la ciudad, en las diversas áreas verdes. No hay
espacio en la ciudad donde no haya zonas arbóreas, y en algunas delimitadas por
la presencia de animales silvestres, como el zorro.
Nos hospedamos en el Hotel Holiday
Berlín City Center, el desayuno era de lo mejor, Bufet de los más variados
tipos de jamones, panes, cachitos de mantequilla, albondigas de pollo, termos
de leche fresca hervida, contenedora de jugos naturales, yougurts, cereales, y
frutas picadas para que cada uno armara su ensalada. El ambiente era acogedor. Mi amigo ciego, Luis Sandoval, tuvo más facilidad que yo, en el uso de tarjetas
para puertas eléctricas del Hotel. Los días pasaron, hicimos
un entrenamiento de aclimatación previo a la competencia, y no fueron
desaprovechados para conocer algo más de esta maravillosa ciudad.
Fotografía: Luis Grimani Villasante |
Terminamos la Maratón en 3 horas y 40 minutos, un
buen tiempo para la circunstancia. Somos conscientes que llegamos con una
preparación adecuada, pero nunca pensamos que participarían cerca de 50 mil
personas. El mejor consejo que le podemos dar a quienes quieren bajar su marca
en este tipo de competencias internacionales, es llegar tres horas antes de la
carrera.
Faltando 500 metros para la meta, fue emocionante
cruzar la imponente puerta de Branderburgo, de 30 metros de largo y
aproximadamente 70 de ancho, con mega columnas y salidas separadas, custodiado
por la Diosa de la Victoria, que está ubicada en la parte superior, montada en
un carro tirado por cuatro caballos, en pose de mando, apuntando hacia adelante.
Es conocida también como Muro de Berlín, y tiene que ver, pero no lo es
exactamente. Las impresas del muro, están grabadas con adoquines de color
morado en el suelo de la ciudad, como señal de que ahí se encontraba.
Foto: Mary Arias |
En el camino, pudimos comprobar, el espíritu solidario
de los alemanes, como habitantes atentos y de buen trato. En toda la ruta los saludos de los niños y familias se hacían presentes.
Además de la hidratación propia de la organización, estaban las mesas
improvisadas por personas del público, ofreciéndonos líquido y desayuno. En
ocasiones los atletas, éramos seguidos por ciclistas, en muestras de apoyo. Gracias
a Dios, las cosas se fueron dando, y el promedio de nuestros tiempos parciales fueron
de 27 minutos por cada 5 kilómetros. Buen viaje.
Cuando conocimos la empresa LXG, nos
abrieron las puertas con toda cordialidad, algo que dice mucho de su manera de
actuar tan desinteresada. Decir, que LXG solo cumplió con las políticas de
responsabilidad social, es insuficiente, para la real labor que está desempeñando.
Pues no solo confió en dos atletas, organizó también la Carrera de la Teletón,
y fue uno de los auspiciadores de la misma Teletón. Su contribución, se suma al
trabajo de difusión y apoyo del deporte adaptado. Se agradece el interés de LXG, algo
que en si no debería ser solo el trabajo de una gran empresa, sino de todas las
personas. Cualquiera estamos invitados a apoyar estas causas, ya sea desde la
empresa donde trabajamos o manejemos, o como personas individuales. Tenemos capacidades.
Foto: Luis Grimani Villasante |
En fin último, todas las acciones
contribuyeron a este resultado. Desde nuestra propia preparación, los
entrenamientos, los momentos de tensión por una lesión, el trámite de la Visa;
y sin duda alguna, hasta los apoyos de mi madre recibidos en casa, en los
cuidados y alimentación para nuestros entrenamientos. Ella fue nuestra segunda gran
inversora.
Fuente: LXG |
De la ciudad
Foto: Luis Grimani Villasante |
Quedamos muy sorprendidos por el
nivel de calidad de vida que ostenta Berlín, y por su conciencia con la energía
y el medio ambiente. No en vano, Alemania, es el país con más estabilidad
económica de toda Europa. Pues solo el 16 por ciento de su población, está en
riesgo de ser pobre, sin embargo, el Estado dispone un fondo para estos, para
evitar la pobreza y ayudarle a conseguir empleo. Es una ciudad de contrastes y
de historia muy fresca.
Sus edificios son de estilos
variados, en algunos sobresalían las estructuras metálicas, con formas
esféricas de cristales o vidrio; y en otros resaltan las paredes
adoquinadas y techo triangular, como de casa. Las ventanas tienen marco de
madera y hacen juego con el color de las paredes, que le dan una percepción de
natural. Lo ingenioso o novedoso en el diseño, va en armonía con sus edificios,
lo artístico prevalece.
Foto: Luis Grimani |
La comida que más aceptación tiene es la italiana. Cadenas de
restaurantes italianos eran visibles por toda la ciudad. En lo personal, de los
visitados, recomendamos Ristorante Marinellí, Tallarín al Tartufo, Tallarin al
Salmone, y Lasagne Acciemiliana, platos agradables y muy contundentes. La
calidad de la pasta se degustaba. El servicio era de lo mejor, y la atención
rápida. Un detalle es que cualquiera sea plato, el fideo es servido con abundante
salsa de jugo, con carnes, o queso.
Los alemanes tienen una cultura de la
práctica del ciclismo, formidable, como deporte y medio de transporte. Hay
estacionamientos de bicicletas en todas partes. Si alguien trabaja lejos, simplemente
maneja hasta el tren, deja su bicicleta, regresa del trabajo, y de igual manera
se retira en bicicleta. En los paraderos nunca cruzan la luz roja, así no haya
vehículos o se encuentren apurados. La ciudad innova con los diseños de las
ruedas sin combustible, por ejemplo la de tipo triciclo de tres ruedas,
adaptada para llevar a tres o cuatro personas. No existe la bicicleta con
motor.
Foto: Luis Sandoval López |
En el uso de la electricidad, tienen
una conciencia de la contaminación visual, y a la vez una cultura del ahorro de
energía, increíble. Sus edificios, locales y casas, usan la luz necesaria, que
te permite ver la estructura con luz interior. Las calles no tienen doble iluminación,
solo en un solo lado, y bien separado entre ellos. La energía en la publicidad
de sus locales, ilumina las letras del nombre
mas no su fachada.
Su sistema de transporte es fluido y
ordenado. Tienen tren subterráneo que se ramifica por toda la ciudad, y los paraderos
se ubican en parques y avenidas principales. También cuentan con buses públicos
que recorren diferentes rutas, y en algunos tramos se conectan a través de túneles.
La transmisión de sus programas de
televisión gira en su mayoría, entre documentales, series y noticias. La
publicidad está regulada. Algo que si se intentara replicar aquí, sería visto como
dictadura, en lugar de una sociedad y Estado consciente. Compran por revisión
de catálogos, e información por internet. La responsabilidad de sus consumos,
se ven en los hábitos y buenas prácticas. No se ven cortes comerciales de tres
minutos.
Foto: Luis Grimani Villasante |
A la gente le gusta beber cerveza, usualmente
de la marca Erdinger. Tienen una cultura etílica del buen beber. Cuentan con
dos tipos de cerveza, con y sin alcohol. Sin alcohol, para los momentos de
sosiego, como estudiar tranquilamente en calle, de forma personal, o con los
amigos, recostados en el césped de un parque leyendo, o en la vereda. Y, con
alcohol, para momentos de diversión. Estas formas de consumos y momentos, no
son una camisa de fuerza, pueden variar, pero lo que más se debe considerar es
la moderación.
Recomendamos llevar un mapa o pedirlo en el hotel que estamos alojados. Si en
algún momento, se está perdido en una ciudad tan grande, y se es visitante, no
pretendamos confiar en nuestro sentido de orientación, porque las calles se
parezcan, usemos el mapa para llegar rápidamente a nuestro destino. De la misma
forma para las personas que hablan el idioma, llevar un diccionario.
Finalmente, todas las personas naturales de Alemania hablan el ingles
como su segundo idioma, y lo usan para comunicarse con cualquier turista o
migrante. Asumen, los que no sean de su país deben saber algo de ingles. Otro detalle,
es el afecto profundo que sienten por los animales, 'tenencia responsable de mascotas' les
sonaría muy raro, porque es algo sobrentendido.
Periodista
Foto: Luis Sandoval López |