No es cuestión de competencias, es cuestión de política, y la política tiene que estar garantizada con ética. En ese sentido la posición de Lourdes Flores Nano, sobre lo que significó Comunicore en la gestión de Castañeda, aun es dubitativa, pues esta perdiendo la mejor oportunidad que le ha dado el protagonismo del proceso de revocatoria, para deslindar de plano con la corrupción, y de enterrar esa mala reputación que arrastró desde su relación de Abogada - Cliente con Cesar Cataño (acusado de lavado de dinero).
Lourdes al 2016, si no se le ve como una buena candidata, sin duda sera una buena aliada, pero ¿de quien o para quien? Si insiste en no separarse de esa sombra que tanto pareciera costarle llamarle por su nombre: corrupción, entonces probablemente la veremos cediendo ante el coqueteo de Solidaridad Nacional, del APRA, o del Fujimorismo, que fueron sus aliados en la campaña municipal del 2010; lo que le haría estar incurriendo otra vez en los mismos errores.
Nadie pone en juicio la labor que cumplirán los regidores del Partido Popular Cristiano (PPC) en la Municipalidad de Lima, que seguro serán de las mas altas competencias, sino su posición frente a los casos de corrupción por parte de sus ex-aliados, y eso no es algo que los aparte de su ideología, sino todo lo contrario, la transparenta, y le da sentido de confianza a sus lineas programáticas y plan de gobierno. Si el PPC piensa lanzar a Lourdes a postular el 2016, tiene que considerar todo esto seriamente, porque influirá tanto en sus adhesiones, como el tipo de apoyo que reciban por algunos sectores.
Luis Grimani Villasante
martes, 2 de abril de 2013
Lourdes y la sombra de la corrupción de sus ex-aliados
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