domingo, 29 de mayo de 2011

Campaña de mal menor contra Ollanta fue un fracaso

Así lo revelan una vez más las cifras de la encuestadora Imasen, que ponen casi a dos puntos arriba con 43,8% al candidato de Gana Perú, Ollanta Humala, sobre un 42,5% de Keiko Fujimori. La aceptación que incrementó en la capital fue un golpe insesperado para los fujimoristas, como se observa en las últimas encuestas de la Católica e Ipsos Apoyo, que muestran a los candidatos en un empate técnico y confirman el posicionamiento del nacionalista como ganador.

El antro de la perdición del que fueron participe los medios escritos y televisivos: El Comercio, Perú 21, Trome, Expreso, Correo, La Razón, Ojo, America Televisión, Frecuencia Latina y Canal N le dedicó casi el 100% de su contenido periodístico a criticar la candidatura de Ollanta Humala sin reparar en los compromisos, en la estructura de Gana Perú y en las adhesiones que tuvo luego de la primera vuelta. Éstas meretrices del periodismo desfilaron organizando un golpe contra una candidatura basado en la confusión, el miedo y la intolerancia. El debate cerrado fue la pimienta casi de todos los entrevistadores de los programas periodísticos Prensa Libre (Rosa María Palacios), Sin Medias Tintas (Mónica Delta y Aldo Mariategui), BAYLY (Jaime Bayly) y la La hora N (Jaime de Althaus).

La estrategia para justificar al apoyo a Fuerza 2011 consistió en reabrir procesos archivados del 2006, revivir el fantasma chavista, incidir en los acuerdos que aperturaron el plan, buscar cualquier tipo de autoría o vinculación en los casos de Madre Mía y Andahuaylas con falsos testigos, que hoy debido a la poca credibilidad de sus fuentes los mismos medios se están retractando, y sobre todo, desvincular los crímenes de lesa humanidad de la corrupción sistema de los poderes del Estado que hubo en la década de los 90, reduciendo este último a su máxima expresión, para que la gente solo vea que en el gobierno de fujimori se mataron menos, y olviden completamnete la corrupción sistemática que existía de mano con una política contra subversiva basada en la formación de grupos para militares, y el dinero que se tenia del narcotráfico.

La dictadura fujimontesinista fue un paquete completo de violación sistemática de los derechos humanos,corrupción sistemática de los poderes y narcotráfico. Entonces cuando hablemos de lo bueno y lo malo que hubo en un gobierno no podemos hablar solo de colegios y de la caida de Sendero Luminoso, hablemos de las estructuras del Estado, vayamos a sus partes medulares sin desfragmentar el paquete.

Habría sido el fin del fujimorismo en éstas elecciones si los medios hubiesen denunciado con el mismo énfasis que le puseron al plan de Gana Perú, el entorno de Keiko Fujimori, que son los mismos que acompañaban a su padre. Una hija que no construye una imagen política independiente no es digna de confianza para ningún peruano, y sobre todo si pone su confianza en la gente que acompañó al ex-dictador Alberto Fujimori.

Si Humala reconoció su error de haber apoyado en un comunicado el andahuaylazo sin haber tenido nada que ver en la operación, los errores que pesan sobre Keiko Fujimori son aún más profundos, pues como parlamentaria faltó 400 días y cobró, su gente viene legitimando a los actores involucrados que fueron participes de una dictadura, el escándalo de la familia de su esposo, entonces notamos como llega el desenlace de éstas elecciones donde todo va quedando en familia, corrupción con corrupción.

El Perú no es ciego. Y ya alguién les facilitó a todos los medios todo el secretismo y el esfuerzo que hacian para aminorar los atentados de la cantuta y barrios altos, “nosotros matamos menos” por Jorge Trelles.

Sigamos siendo testidos como la campaña de disimulo de los medios por invisibilizar el tema de la corrupción va llegando a su fin…

Luis Alberto Grimani Villasante
Periodista Bachiller

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